A veces, determinados tratamientos para el cáncer infantil pueden causar problemas con la función de la glándula tiroides.
La glándula tiroides es parte del sistema endocrino, una red compleja de glándulas ubicadas en todo el cuerpo que producen hormonas. El sistema endocrino controla la mayoría de las funciones corporales, como el crecimiento, la pubertad, el nivel de energía, la producción de orina y la respuesta al estrés.
La glándula tiroides está controlada por la hipófisis. La hipófisis está ubicada en el cerebro y, a veces, se la llama “la glándula maestra” ya que también controla otras glándulas, como las suprarrenales, los ovarios (en las mujeres) y los testes (en los hombres).
La tiroides se ubica en la parte inferior del cuello, al frente de la tráquea. La glándula produce una hormona, la tiroxina (T4). Esta hormona cumple una función importante en el crecimiento y desarrollo mental. También ayuda a regular la temperatura del cuerpo y el metabolismo.
La hipófisis produce la tirotropina (thyroid stimulating hormone, TSH). La hipófisis libera la tirotropina (thyroid stimulating hormone, TSH) en respuesta a los niveles de T4 en la sangre. Si los niveles de T4 son bajos, la hipófisis produce más TSH para indicarle a la tiroides que aumente la producción de T4. Si los niveles de T4 son altos, la hipófisis produce menos TSH para indicarle a la tiroides que disminuya la producción.
Se pueden presentar diversos tipos de problemas de la tiroides, que incluyen los siguientes:
Generalmente, el daño a la tiroides después del cáncer infantil es el resultado de la radiación en la cabeza, cerebro o cuello. Este daño, por lo general, es muy fácil de tratar. Puede no aparecer por años después del tratamiento.
La extirpación quirúrgica de la tiroides (tiroidectomía), los tratamientos con yodo radiactivo (ablación de tiroides con I-131 ) y las dosis altas de MIBG (terapia utilizada a veces en el tratamiento del neuroblastoma) también pueden tener como resultado un nivel bajo o la ausencia de hormonas tiroideas, lo cual depende de la cantidad de tejido de tiroides extirpado o destruido.
Las personas que recibieron radiación que pueda haber afectado la tiroides de forma directa corren el riesgo de padecer hipotiroidismo primario, nódulos en la tiroides o cáncer de tiroides. Las personas que recibieron radiación en la tiroides también corren el riesgo de padecer hipertiroidismo. La radiación en las siguientes áreas puede afectar la glándula tiroides:
Las personas que recibieron radiación en áreas que pueden haber afectado la hipófisis en el cerebro corren el riesgo de padecer hipotiroidismo central. Estas áreas son:
Se ha demostrado que otros factores que aumentan el riesgo de sufrir problemas de tiroides después del cáncer infantil incluyen los siguientes:
Los problemas de tiroides pueden presentarse poco después de la radiación, pero, en general, no lo hacen hasta muchos años después. Si se tratan de inmediato, los problemas de tiroides se pueden controlar con facilidad.
Los sobrevivientes deberían realizarse controles anuales. El control debe incluir una evaluación del crecimiento en los niños y adolescentes, un examen de la tiroides y un análisis de sangre para medir los niveles de TSH y T4. Durante los periodos de crecimiento rápido, los proveedores de atención médica pueden recomendar un monitoreo más frecuente de los niveles de la hormona tiroidea.
Las mujeres sobrevivientes con riesgo de problemas de tiroides que están planificando quedar embarazadas deben controlar el funcionamiento de la tiroides antes de buscar un embarazo, ya que las embarazadas con enfermedad de tiroides tienen una mayor probabilidad de tener bebés con problemas de desarrollo. También es importante monitorear los niveles de la hormona tiroidea de forma periódica durante el embarazo.
Si se identifican los problemas en los niveles de tiroides, los proveedores de atención médica pueden derivar a los sobrevivientes a un endocrinólogo (especialista en hormonas) para continuar con las evaluaciones y el control.
Todos los tipos de hipotiroidismo se tratan con píldoras diarias para la tiroides. Por lo general, el tratamiento es de por vida. En algunos casos de hipotiroidismo compensado, se puede detener el tratamiento si la glándula tiroides comienza a funcionar con normalidad.
Se puede tratar el hipertiroidismo de diversas maneras:
El tratamiento para el hipertiroidismo puede provocar hipotiroidismo, que luego se trata con una píldora diaria para la tiroides.
Los nódulos en la tiroides requieren pruebas adicionales Generalmente, se realiza con una ecografía y, de ser necesario, con una biopsia guiada por ultrasonido. Existen diferentes opciones de tratamientos para los nódulos en la tiroides y el cáncer de tiroides.
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Revisado: Junio de 2018