Mantenerse al día con las tareas escolares durante el tratamiento contra el cáncer es posible con planificación y ayuda de otros.
Cuando considere las necesidades de su hijo en la escuela, recuerde que el cáncer es una enfermedad a largo plazo. Según el diagnóstico, el tratamiento puede durar desde varias semanas hasta 2 años o más. Incluso después de completar el tratamiento, todavía puede haber efectos secundarios (conocidos como efectos tardíos) que podrían afectar el aprendizaje y la capacidad para completar tareas.
Es importante hacer un plan para la escuela al principio del tratamiento y reevaluarlo regularmente.
Desarrollar un plan escolar comienza con hacer las preguntas correctas.
Si vive en la misma ciudad donde se encuentra el centro de tratamiento o en una comunidad cercana, su hijo probablemente podrá seguir asistiendo a su escuela. Sin embargo, su hijo tendrá que faltar a la escuela regularmente debido a los tratamientos y sus efectos secundarios. La cantidad de veces que falte dependerá del diagnóstico de su hijo, el plan de tratamiento y sus efectos secundarios. Su hijo puede reunir los requisitos para recibir servicios en el hogar, en los que un docente proporcionará instrucción en su hogar algunas horas por semana.
Si su familia vive demasiado lejos para que su hijo asista a la escuela, puede hacer arreglos para que su hijo continúe su educación a través del hospital.
Un hospital lo suficientemente grande como para proporcionarles a los niños tratamiento contra el cáncer tendrá servicios escolares para brindarles apoyo a los pacientes, pero el formato varía según el hospital.
Ejemplos de programas escolares en hospitales:
La comunicación regular con la escuela de su hijo le ayudará a garantizar que el proceso sea tan fluido como sea posible. Para asegurarse de que la información compartida sea coherente y precisa, es una buena idea designar a dos personas para mantenerse en contacto en relación con cuestiones escolares: un representante de la escuela y una persona del programa escolar del hospital. La escuela ya puede contar con una persona designada que trabaje con tales cuestiones. En las escuelas primarias, generalmente el docente del niño o el director estará a cargo de la coordinación. En escuelas intermedias y secundarias, puede ser un consejero escolar.
Una vez que se han establecido las vías de comunicación, puede ser útil realizar una reunión introductoria que incluya a padres, docente(s) de la escuela del niño, un representante del programa escolar del hospital y el niño (si tiene la edad suficiente). Puede realizarse con una conferencia telefónica para aquellas familias que están lejos del hogar. En esta reunión, se pueden hacer y responder preguntas, y establecer metas académicas para el niño.
Una vez que se haya establecido un plan, es importante ser el defensor de su hijo. Ser un defensor significa promover las necesidades de su hijo y asegurarse de que se satisfagan. Los padres son excepcionales en este papel ya que conocen a su hijo mejor que nadie.
Sin embargo, la crianza de un hijo con cáncer genera muchas preocupaciones y demanda tiempo. Sus días están colmados de decisiones de tratamiento, preocupaciones relacionadas con la crianza y cuestiones familiares. De modo que es posible que quiera pedirle a un familiar o amigo de confianza que lo ayude a mantener el control de la educación de su hijo. Además, su templo de culto o centro comunitario puede tener recursos y personas que pueden ayudar.
Ya sea en el hogar o en el hospital, los niños con cáncer deben asistir a la escuela siempre que sea posible. Ayuda a darles un sentido de normalidad a sus vidas. Las investigaciones muestran que los sobrevivientes a largo plazo que asistieron a la escuela durante el tratamiento tenían mejores habilidades sociales, mayor confianza en sí mismos y eran menos propensos a tener problemas académicos que los niños que tuvieron programas de tutorías en el hogar. Sin embargo, la enfermedad sí hace que asistir a la escuela sea imposible en ocasiones, por lo que es importante establecer un plan alternativo para ayudar a su hijo a tener éxito. Esto puede incluir asistencia a tiempo parcial y un docente en el hogar a tiempo parcial, lo que permitirá que su hijo tenga apoyo continuo del docente en el hogar cuando la asistencia a la escuela sea irregular o baja.
Sin importar las circunstancias, los niños y los adolescentes deben mantener conexiones sociales con la escuela. Cuando puedan volver a la escuela después del tratamiento, se seguirán sintiendo parte de la clase y conectados con sus amigos.
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Revisado: Junio de 2018