La mayoría de las personas saben que la actividad física es buena para la salud. Sin embargo, para los sobrevivientes de cáncer, estar activo es aún más importante. Muchos de los problemas de salud que experimentan los sobrevivientes de cáncer como resultado de su enfermedad o de los efectos tardíos de la terapia pueden aliviarse con actividad física habitual.
La actividad física es importante para las personas de todas las edades, capacidades y aptitudes físicas. Generalmente, los beneficios de la actividad física aumentan en función de la cantidad de actividad. No obstante, algo de actividad es mejor que nada y existen muchas formas de incorporar actividad física a la vida diaria.
La investigación estableció recomendaciones sobre cuánta actividad física deben realizar las personas para mejorar la salud y disminuir el riesgo de enfermedad.
Todos los jóvenes necesitan realizar 60 minutos o más de actividad física por día. La actividad física debería ser al menos de una intensidad moderada. Tres días a la semana, la actividad física debería incluir ejercicios de alta intensidad y actividades de fortalecimiento óseo y muscular. Esto se puede lograr mediante la actividad física de la vida diaria, los ejercicios estructurados, el juego activo o los deportes. Las actividades deben ser adecuadas a la edad y deben poder disfrutarse.
Todos los adultos deben evitar la inactividad. Algo de actividad física es mejor que nada. Para obtener importantes beneficios de salud, los adultos deben proponerse realizar 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física de alta intensidad por semana. La actividad física se puede realizar en tandas breves de 10 minutos o más y se pueden acumular a lo largo de la semana. Se observan mayores beneficios de salud con actividad física adicional.
Al menos 2 días a la semana, los adultos deben realizar actividades de fortalecimiento muscular que trabajen los principales grupos musculares. Esto puede incluir entrenamiento de resistencia usando pesas o ejercicios con el peso corporal. Los ejercicios de equilibrio son importantes para las personas que tienen riesgo de caerse.
Para las personas con discapacidades o enfermedades crónicas, la actividad física se puede adaptar a su grado de aptitud y capacidad. Un profesional en entrenamiento o rehabilitación, con certificación o licencia, puede ayudar con los planes de actividades personalizados para satisfacer las necesidades individuales.
Hable con su médico. La actividad física moderada es segura para la mayoría de las personas. Sin embargo, hable con su médico de atención primaria antes de comenzar un programa de ejercicios. Pregunte qué tipos de modificaciones o controles pueden llegar a ser necesarios.
Comience lento . Su cuerpo se adaptará a la actividad física, pero lleva tiempo. Comenzar lento reduce el riesgo de lesionarse y evita que se frustre. Está bien proponerse desafíos, pero persiga un objetivo razonable. Aumente la cantidad de actividad física o la intensidad del ejercicio a medida que su rendimiento aumente.
Encuentre actividades que disfrute. Es más probable que continúe realizando una actividad física si es entretenida. Existen muchas formas de mantenerse activo. Bailar, trabajar en el jardín, pasear al perro o practicar un deporte. Si realiza un ejercicio estructurado, busque la forma para disfrutarlo. Consiga un compañero de entrenamiento, mire un programa de televisión o escuche música. Descubra lo que le resulta mejor.
Realice actividad física variada. Realizar diferentes tipos de actividad tiene varios beneficios. Incluso una variedad de actividades en su rutina de actividad física reduce el riesgo de aburrimiento y agotamiento, se orienta a diferentes áreas del aptitud, reduce el riesgo de lesiones por sobrecarga y brinda opciones cuando un tipo de actividad no está disponible.
Establezca objetivos y haga un seguimiento de su progreso. Organice un plan de actividad física con un objetivo en mente. Los objetivos deben ser algo desafiantes, pero realistas. Haga un seguimiento de su progreso y ajuste sus objetivos para una exigencia mayor o menor según sea necesario. Los registros de actividad, las aplicaciones móviles y los rastreadores de actividad son todos excelentes formas de monitorear su ejercicio.
Obtenga ayuda de un proveedor de rehabilitación autorizado o un entrenador profesional certificado. Un fisioterapeuta o un entrenador especializado pueden apoyar a los sobrevivientes para que alcancen sus objetivos de actividad física. Algunos profesionales de la salud tienen capacitación adicional o certificaciones para trabajar con personas con enfermedades y limitaciones físicas. Estos profesionales pueden ayudar a los sobrevivientes al monitorear sus respuestas a la actividad física, asegurarse de que los ejercicios se realicen de manera segura y adaptar la actividad para satisfacer las necesidades de salud específicas.
Para obtener más información sobre las recomendaciones de actividad física, consulte Aspectos básicos de la actividad física para niños, adultos, adultos mayores y mujeres durante el embarazo y posparto.
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Revisado: Junio de 2018