Otros nombres y subtipos: tumor del nervio óptico, glioma quiasmático, glioma óptico
El tumor de la vía óptica es un tipo de glioma, un tumor que crece de células gliales que rodean y soportan las células nerviosas. Generalmente, los tumores de la vía óptica en niños son tumores de grado bajo. Crecen en las estructuras del sistema visual, entre ellas el nervio óptico, el tracto óptico, y el quiasma óptico.
A medida que crece el tumor, la presión en las estructuras del sistema visual puede causar problemas de la vista. Los gliomas de la vía óptica también pueden desarrollarse cerca de la hipófisis y del hipotálamo. Dependiendo de su ubicación, el tumor puede afectar la función endocrina y la producción de hormonas.
Los tumores de la vía óptica representan hasta el 5 % de todos los tumores pediátricos del sistema nervioso central (SNC). Son más comunes en niños más pequeños y en niños con neurofibromatosis tipo 1 (NF1).
El tratamiento para el tumor de la vía óptica depende de factores como la edad, la visión, el estado de la NF1 y la ubicación del tumor. Se puede usar cirugía, quimioterapia, y radioterapia para tratar los tumores de la vía óptica. Sin embargo, el tratamiento es complejo debido a la posibilidad de dañar la vista y la función endocrina. Se puede realizar el seguimiento de algunos pacientes mediante observación para ver la progresión de la enfermedad.
Los síntomas del tumor de la vía óptica dependen de diversos factores, incluidos los siguientes:
Los signos y síntomas del tumor de la vía óptica incluyen los siguientes:
Los médicos evalúan los tumores de la vía óptica de diversas maneras.
Los tumores de la vía óptica se agrupan según el aspecto que tienen cuando se los analiza con el microscopio. Cuanto más anormal sea una célula tumoral, más alto será el grado del tumor. La mayoría de los tumores de la vía óptica en niños son de grado bajo. Las células no se ven muy diferentes de las células normales y se desarrollan lentamente Es menos probable que se diseminen a otras partes del SNC.
En raras ocasiones, los tumores pediátricos de la vía óptica pueden ser de grado alto. Estos tumores son más agresivos, crecen rápidamente y pueden diseminarse a través del cerebro y la médula espinal.
La tasa de supervivencia a largo plazo de los tumores pediátricos de la vía óptica es alta (>90 %). Los niños con NF1 pueden tener tumores de crecimiento lento, a los que pueden realizarse un seguimiento con observación. A pesar de la alta tasa de supervivencia, el tratamiento y el control de estos tumores es complejo. Los problemas de la vista son comunes en los supervivientes del glioma de la vía óptica. La función endocrina puede verse afectada también, según la ubicación del tumor. Un equipo multidisciplinario de atención es necesario para planear tratamientos que equilibren la cura y la calidad de vida.
Los factores que influyen en el pronóstico incluyen los siguientes:
Un diagnóstico temprano ayuda a preservar la vista y la salud del ojo. Mientras antes se pueda aliviar la presión de las estructuras del sistema visual, hay más probabilidades de que mejore la visión.
No existe un único tratamiento para el tumor de la vía óptica. Debido a que estos son generalmente tumores de grado bajo, preservar una visión significativa es una de las preocupaciones principales. Las terapias que se usan para tratar el glioma del nervio óptico dependen de la edad del niño, la extensión de la pérdida de la vista, ubicación y tamaño del tumor, y si el niño tiene NF1.
Las opciones de tratamiento incluyen las siguientes:
Los médicos monitorean a los pacientes usando exámenes de la vista e IRM periódicos. Los indicadores de la progresión de la enfermedad incluyen los siguientes: deterioro de la vista, aumento del tamaño del tumor o diseminación de la enfermedad.
Se usan pruebas por imágenes y exámenes de ojos integrales para monitorear a los pacientes a largo plazo. La atención multidisciplinaria puede incluir una variedad de especialistas en áreas como la rehabilitación, neurología, y endocrinología. La salud del ojo es muy importante para todos los supervivientes del tumor de la vía óptica. Se recomiendan exámenes de la vista, al menos una vez al año, realizados por un oftalmólogo como parte de la atención médica de rutina. Muchos niños tienen problemas de la vista de por vida, y pueden necesitar asistencia con la visión. Los especialistas en visión deficiente y las adaptaciones escolares pueden ayudar a los niños a adaptarse a la pérdida de la vista. También se deben usar gafas protectoras para prevenir lesiones en los ojos.
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Revisado: Junio de 2018