Efectos tardíos en la vejiga

El sangrado en la vejiga (cistitis hemorrágica) puede ocurrir de manera intermitente durante meses o años después de la finalización del tratamiento contra el cáncer. La mayoría de las cistitis hemorrágicas se presentan durante la terapia contra el cáncer. Pero también puede convertirse en un problema recurrente crónico.

Cuando ocurre, el color de la orina puede ser desde levemente rosado a un rojo intenso. Algunas personas pueden sentir que tienen que orinar con frecuencia o que no pueden evacuar toda la orina. La mayoría de las personas no siente dolor.

A veces, los estudios son la única forma de detectar la sangre en la orina.

Los pacientes deben hacerle saber a su proveedor de atención médica si se presenta esta enfermedad.

La fibrosis de vejiga es tejido cicatricial en la vejiga. Puede acumularse y ocasionar que las paredes de la vejiga se ensanchen. La presión dentro de la vejiga puede aumentar y afectar la capacidad del órgano de almacenar y vaciar la orina.

Los síntomas pueden incluir dificultad para vaciar la vejiga, pérdidas de orina o sangre en la orina. A veces, la enfermedad no presenta síntomas.

Si los pacientes presentan síntomas o tienen riesgos de presentar la enfermedad, los proveedores de atención primaria pueden derivarlos a un urólogo.

Una ecografía puede mostrar el tejido cicatricial. Un urólogo puede realizar una cistoscopía, que le permite observar el interior de la vejiga de manera directa con un tubo delgado con luz.

El cáncer de vejiga como resultado del tratamiento del cáncer es poco frecuente.

El síntoma más común es sangre en la orina. Los pacientes también pueden experimentar una necesidad de orinar de manera urgente o frecuente. Los síntomas del cáncer avanzado son dolor en la vejiga, la zona de los genitales o los huesos.

Los sobrevivientes con estos síntomas deben consultar a su proveedor de atención médica.

Una vejiga neurógena es un funcionamiento anormal de la vejiga causado por el daño a los nervios que controlan el funcionamiento de la vejiga. La afección puede ocasionar que la vejiga esté hipoactiva (que no se vacíe completamente) o hiperactiva (que se vacíe con demasiada frecuencia o rapidez). Las personas con vejigas neurógenas también presentan un mayor riesgo de infecciones de las vías urinarias (IVU) y daño renal.