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Cómo manejar la culpa

La culpa es un sentimiento habitual en los padres de niños con cáncer. Es natural que los padres quieran proteger a sus hijos. Cuando los hijos sufren, los padres pueden culparse a sí mismos y sentirse indefensos cuando no pueden aliviar el dolor.

Fuentes de culpa

La culpa puede venir de distintas fuentes durante el proceso del cáncer. Algunos padres tienen dificultades con sentimientos de culpa la mayor parte del tiempo. Otros descubren que la culpa aparece en momentos de estrés o cuando hay más demandas de tiempo o hay que tomar decisiones. Algunos desencadenantes comunes de culpa de los padres durante el cáncer incluyen los siguientes:

  • Sentirse impotentes para eliminar el cáncer.
  • Sentir que no se tuvieron en cuenta algunos signos o no haber sabido antes que el niño estaba enfermo.
  • Tomar las decisiones “adecuadas” para la atención y el tratamiento.
  • No poder detener los efectos secundarios inmediatos o a largo plazo del tratamiento.
  • Inquietudes respecto del factor hereditario del cáncer y de que los genes provocaron el cáncer.
  • Miedo respecto de que algo que podía evitarse hizo que el niño se enfermara o que empeorara su afección.
  • Preocupación en torno a cometer errores en la crianza.
  • Pasar menos tiempo con los hermanos y preocuparse respecto de que se los esté dejando de lado.
  • Pasar tiempo lejos del hijo enfermo para encargarse del trabajo, el hogar y las responsabilidades familiares, o bien para tomarse un tiempo para sí mismos.

A menudo, la culpa no es racional ni lógica. Muchas personas bienintencionadas dirán: “No debes sentirte culpable”. Sin embargo, los sentimientos están allí, y lidiar con la culpa puede ser especialmente difícil para los padres de los niños con cáncer.

Cómo lidiar con la culpa

Es importante abordar los sentimientos de culpa en lugar de ignorarlos. La culpa ocasional es un sentimiento normal para los padres. Sin embargo, estos sentimientos pueden tener muchos efectos negativos. Los sentimientos de culpa pueden contribuir a la ansiedad y depresión parental, y pueden hacer que sea más difícil sobrellevar el estrés. La culpa puede interferir en la toma de decisiones, en especial en relación con el tratamiento y las necesidades de atención. Los padres pueden volverse sobreprotectores, lo que puede afectar la salud física, social y emocional del niño. Los sentimientos de culpa también pueden ser un obstáculo en el matrimonio y las relaciones familiares. Sin embargo, hay maneras de lidiar con los sentimientos de culpa de manera más efectiva.

Pasos para lidiar con la culpa

  • Reconocer la culpa
  • Encontrar una persona de confianza que lo escuche
  • Identificar aquello que puede controlar y reconocer lo desconocido
  • Disminuir las expectativas de sí mismo
  • Aprender a soltar
  • Concentrarse en lo positivo
 

Reconocer la culpa.

El primer paso para manejar la culpa es reconocer los sentimientos específicos en torno a la culpa. Esto incluye identificar sus desencadenantes específicos para los sentimientos de culpa y los momentos en que la culpa parece empeorar. Comprender tanto el sentimiento como la causa es importante para crear un plan con el objetivo de sobrellevarlo.

Encontrar una persona de confianza que lo escuche.

Muchos padres solo necesitan que alguien los escuche. Admitir los sentimientos en voz alta puede ser un alivio, en especial si suele mantener en privado los pensamientos y sentimientos negativos. Una amistad cercana, un familiar, un terapeuta, un líder religioso u otro padre o madre que esté pasando por la misma situación puede brindarle un espacio seguro para expresar la culpa o las inquietudes respecto de hacer lo correcto.

Identificar aquello que puede controlar y reconocer lo desconocido.

A menudo, la culpa se relaciona con sentimientos de indefensión o incertidumbre acerca de la atención médica o las necesidades de salud. Puede que no sea posible eliminar esos sentimientos por completo. Sin embargo, el equipo de atención puede ser un recurso importante. Hable sobre sus preguntas e inquietudes en torno al tratamiento, los efectos secundarios, la genética u otras cuestiones médicas con el equipo de atención. Escriba las preguntas y respuestas. Tenga un cuaderno para escribir el plan y los próximos pasos. Esto puede brindarle la confirmación de que usted y el equipo de atención están haciendo lo mejor en una situación difícil.

Disminuir las expectativas de sí mismo.

En muchos padres, la culpa se relaciona con las demandas excesivas y la incapacidad de cumplir con todo. Cuando la vida es normal, los padres se sienten “tironeados” de todas partes. Durante el cáncer, puede que esto se torne inmanejable. No es posible equilibrar todo a cada momento. Concéntrese en las prioridades más importantes a corto plazo e identifique de qué debe hacerse cargo en el futuro cercano (hoy, esta semana). Luego, establezca objetivos más pequeños y realizables que sean realistas para su situación actual. Disminuir las expectativas no significa fracasar; es una respuesta positiva ante una situación difícil.

Aprender a soltar.

Para alguien que lidia con la culpa, soltar no es fácil. No es fácil soltar el pasado. No es fácil soltar el control de las decisiones. No es fácil soltar a los hijos a medida que crecen y toman sus propias decisiones. Pero soltar (al menos, en parte) es importante para superar la culpa. Soltar significa distintas cosas. Puede significar darse tiempo para pensar en la culpa, pero poner un límite diario en relación con estos pensamientos. Puede significar participar de la toma de decisiones, pero confiar en las recomendaciones del médico. Puede significar dejar que su cónyuge participe en la crianza o las elecciones de tratamiento. Puede significar perdonarse a sí mismo o a los demás por los errores. Aprender a soltar le permite compartir responsabilidades y centrarse más en lo importante.

Concentrarse en lo positivo. 

Puede ser complicado mantener una actitud positiva cuando se siente culpable. La auto-culpa le hace sentir que está haciendo todo mal. Sin embargo, hacer hincapié intencionalmente en lo positivo tiene muchos beneficios. Mejora la salud mental y física, crea un ambiente de esperanza, aumenta la confianza y promueve la calidad de vida para el paciente y la familia. Reconocer qué es lo que está haciendo bien puede evitar que la culpa se apodere de usted. Algunas maneras de centrarse en lo positivo incluyen las siguientes:

  • Al final de cada día, escriba las formas en que pudo ayudar a su hijo y su familia. 
  • Escriba un diario de gratitud de las cosas buenas que pasaron durante el día.
  • Encuentre pequeñas formas de valorar y agradecer a su cónyuge o sus hijos. 
  • A la mañana, escriba una lista de tareas que incluya las actividades que hace habitualmente, pero que da por sentado, como hacer reír a sus hijos, abrazarlos, mirar la televisión juntos, darles atención especial a los hermanos, enviar un mensaje de texto de agradecimiento a un amigo o un ser querido.
  • Utilice citas, imágenes y canciones inspiradoras como recordatorio de que debe mantener una actitud positiva.

Estos pasos para manejar la culpa no siempre son sencillos. Al principio, puede centrarse en uno o dos. Una fuente de culpa para los padres es tomarse un tiempo para sí mismos. Sin embargo, rezar, meditar, hacer ejercicio, estar solo o pasar tiempo con amigos es una fuente de energía. A algunos padres, escribir sus pensamientos y sentimientos en un diario les permite descubrir y expresar las emociones de manera más personal. Los grupos de apoyo pueden ser otro recurso importante para los padres que lidian con la culpa. Sin embargo, si la culpa continúa siendo un problema, buscar la ayuda de un profesional de salud mental puede ayudar a los padres a lidiar con las emociones difíciles y procesar los sentimientos de culpa.


Revisado: Junio de 2018