El dolor no es un síntoma visible como los sarpullidos ni palpable como los bultos. El equipo médico, por lo general, no sabrá si el paciente siente dolor, a menos que el paciente se lo informe o, en pacientes muy pequeños, a menos que los padres hayan observado comportamientos que los hace sospechar de que el niño siente dolor.
Los pacientes y sus padres deben ser honestos en lo que respecta a los síntomas del dolor para que se puedan determinar las causas y un tratamiento adecuado.
El equipo médico hará preguntas acerca de cómo repercute el dolor en la vida diaria del paciente; por ejemplo, en la habilidad para ir a la escuela, para jugar con amigos y para participar en sus actividades favoritas.
A estas preguntas se las conoce como la valoración funcional del dolor. Puede que el equipo haga preguntas, como:
Los médicos también determinarán la intensidad del dolor usando una escala que va del 0 al 10. La manera en que el paciente informa acerca del puntaje del dolor depende de su edad.
En los pacientes pequeños, comúnmente se usa la escala FLACC. Se basa en las observaciones de los padres.
FACES®, la escala de valoración del dolor revisada, utiliza expresiones faciales para ayudar a los niños pequeños a clasificar el dolor en una escala que va del 0 al 10. Las caras muestran cuán intenso puede ser el dolor. La cara en el extremo izquierdo (0) no manifiesta dolor. Las caras muestran mayor intensidad del dolor a medida que aumenta el número. Una escala de 10 significa que el dolor es muy intenso. Se les pide a los pacientes que señalen una cara que muestre cuánto dolor sienten en ese momento.
Los niños más grandes, los adolescentes y los adultos jóvenes pueden clasificar el dolor usando una puntuación numérica simple que va del 0 al 10, en donde el 0 representa la ausencia del dolor y el 10 un dolor intenso.
Además de la puntuación del dolor, el médico clasificará el tipo de dolor.
El dolor físico puede ser de los siguientes dos tipos:
Es posible que los médicos también alienten a los pacientes y a sus familias a tener una agenda o diario en donde puedan señalar cualquier patrón, como las horas del día en las que es más probable que el dolor aparezca o después de qué tipos de actividades (o falta de actividad).
Puede que el dolor también tenga sus causas; los miembros del equipo de atención pueden averiguar estas cuestiones con la familia del paciente. Puede que se recurra a un capellán o un trabajador social para que ayude a la familia.
La valoración precisa y detallada del dolor es importante, ya que ayuda al equipo médico a diseñar el mejor plan posible para el abordaje del dolor.
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Revisado: Junio de 2018