Como paciente de cáncer infantil, esperas con ansias el día que el tratamiento contra el cáncer termine.
Pero es difícil predecir cómo la experiencia te afectará emocionalmente. Muchos pacientes no advierten que están sufriendo efectos emocionales hasta después de haber terminado el tratamiento.
La vida no será exactamente igual a como era antes del cáncer. Como paciente de cáncer infantil, has pasado por experiencias que son raras para otras personas de la misma edad.
De alguna manera, serás más maduro. Podrás pensar que las preocupaciones de tus amigos son triviales. Tratar con el cáncer aclara lo que es realmente importante en la vida.
En otras situaciones, podrías tener que ponerte al día. Tal vez te perdiste algunos hitos importantes, como hacer la transición a la escuela media, aprender a conducir o cómo salir con amigos de tu misma edad. Mientras tú estuviste realizando el tratamiento contra el cáncer, tus amigos en la escuela siguieron con sus vidas. Tal vez te resulte difícil conectarte. Tómate tu tiempo.
Busca maneras de involucrarte en actividades sociales con pares:
Ser un paciente de cáncer puede haber hecho que seas más dependiente de tus padres de lo que hubieras sido de otro modo.
Los padres pueden haberse vuelto sobreprotectores.
Estos tipos de situaciones pueden causar fricción mientras buscas ser más independiente.
Tal vez no sepas cómo hablar del tratamiento contra el cáncer con otras personas en tu vida.
Los sobrevivientes de cáncer infantil muchas veces dicen que no quieren que se los defina por su enfermedad. No quieren ser el "niño con cáncer". Quieren que se los conozca por quiénes son fuera del cáncer.
Puedes esperar experimentar una gran variedad de emociones. Es normal sentir:
Mientras te acercas al final del tratamiento y haces la transición de regreso a tu hogar, habla sobre tus sentimientos con tu equipo de atención. Los psicólogos, los trabajadores sociales, los especialistas en vida infantil y los capellanes pueden ser útiles. También pueden derivarte a grupos de apoyo donde puedes hablar con otros pacientes y sobrevivientes acerca de lo que estás pasando.
A veces, las preocupaciones y el estrés pueden generar problemas emocionales. Los síntomas para preocuparse incluyen:
Si estás experimentando alguno de estos síntomas, comunícate con tus equipos de atención, tanto de tu hogar como del centro pediátrico donde recibiste tratamiento.
Cada centro es diferente, pero podrás continuar recibiendo asesoramiento a través del centro pediátrico incluso después de haber terminado los tratamientos contra el cáncer.
Tu equipo de atención en tu hogar puede recomendarte profesionales en tu comunidad. Es una buena idea verificar con tu compañía de seguro para garantizar que el asesoramiento está cubierto. El departamento de trabajo social en tu centro pediátrico puede ayudarte a localizar programas gratuitos o de bajo costo si tu seguro no cubre servicios de salud mental.
Regresar a la escuela después del tratamiento es uno de los hitos más importantes para los pacientes de cáncer infantil. Muchos pacientes pueden asistir a la escuela mientras están en tratamiento. Se sugiere que regresen a la escuela tan pronto como sea médicamente posible.
Pero la experiencia escolar puede ser diferente después de haber pasado por un tratamiento contra el cáncer. Puedes notar diferencias en cómo aprendes, piensas y procesas la información. Estos se llaman efectos cognitivos. Antes de regresar a la escuela, puede ser una buena idea realizar pruebas cognitivas en el hospital para identificar áreas de preocupación.
Si estás teniendo problemas, habla con tus padres y maestros. Tus padres y tú pueden trabajar con la escuela para diseñar un plan de aprendizaje que aborde tus diferencias de aprendizaje, y que puede incluir un plan 504 o un Programa de educación individualizada (Individualized Education Program, IEP).
Haz la transición de regreso a la escuela de forma gradual. Al comienzo, es posible que no puedas asistir a la escuela todo el día, cinco días a la semana. Muchos niños y adolescentes experimentan fatiga y debilidad, y no pueden pasar un día completo. Otros pueden tener problemas con el sistema inmunitario y no pueden estar en grupos grandes de personas. Otros pueden tener problemas físicos que afectan su movilidad.
Muchas veces, los niños y los adolescentes vuelven a comenzar con un programa reducido, como asistir medio día o pocos días a la semana, hasta que pueden regresar a tiempo completo.
Haz esta transición de a un paso por vez y pide ayuda cuando la necesites.
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Revisado: Abril de 2019