La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde demasiada agua. Se puede presentar cuando una persona no ingiere suficiente líquido o cuando pierde demasiado líquido a través de vómitos, diarrea, orina, sudor o fiebre.
La deshidratación es un efecto secundario común de algunas enfermedades y tratamientos, como la quimioterapia.
Las células del cuerpo necesitan agua para funcionar bien. El agua ayuda al cuerpo con las siguientes funciones:
Los bebés y los niños pequeños tienen un mayor riesgo de deshidratarse que los adultos. Esto se debe a que pierden agua más rápido que los adultos.
Si no se trata, la deshidratación puede provocar problemas graves, como convulsiones, edema cerebral e insuficiencia renal. Los niños con afecciones médicas como cáncer y la enfermedad de células falciformes tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por deshidratación.
A menudo, puede tratar la deshidratación en el hogar. Sin embargo, es posible que su hijo(a) deba ir al hospital en algunos casos.
Estos son los signos y síntomas de la deshidratación:
Si su hijo(a) tiene síntomas de deshidratación, comuníquese con el equipo de atención médica de inmediato para evitar complicaciones graves.
Los proveedores de atención médica diagnostican la deshidratación a través de los siguientes exámenes:
La mejor manera de controlar la deshidratación es prevenirla. Esto reduce el riesgo de que su hijo(a) tenga complicaciones. También reduce las posibilidades de retrasar o no cumplir los procedimientos y tratamientos médicos.
El agua es lo mejor. Pregúntele a su equipo de atención médica cuánta agua o líquidos necesita su hijo(a). Su proveedor de atención médica también puede recomendar un reemplazo de electrolitos líquidos como Pedialyte® o Enfalyte®.
Su hijo(a) también puede chupar trocitos de hielo o paletas si tiene problemas para beber.
Si a su hijo(a) no le gusta beber agua, elija bebidas con bajo contenido de azúcar y sin cafeína.
En el caso de los lactantes, continúe amamantando o dándoles la fórmula para lactantes como de costumbre. Siga las instrucciones de alimentación de su proveedor de atención médica.
Comuníquese con su equipo de atención médica para conocer las maneras de prevenir o reducir los vómitos, la diarrea y la fiebre. Su hijo(a) también puede presentar efectos secundarios, como llagas en la boca o la garganta que dificultan comer y beber. Su proveedor de atención médica puede recetarle medicamentos u otros tratamientos.
A menudo, puede tratar la deshidratación en el hogar. Siga las instrucciones del equipo de atención médica. Las maneras de tratar la deshidratación pueden incluir lo siguiente:
La atención hospitalaria puede incluir lo siguiente:
Una vez que su hijo(a) se deshidrata, es posible que necesite administración de líquidos por vía IV para sentirse mejor.
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Revisado: Enero del 2024