La depresión, que a veces se conoce como depresión clínica, depresión mayor o trastorno depresivo mayor, es uno de los trastornos de salud mental más frecuentes. El trastorno depresivo puede presentarse a cualquier edad. En los niños y adolescentes, la depresión es más habitual después de la pubertad. Algunos síntomas de depresión incluyen el sentirse triste, desganado o desesperanzado, y sentir falta de interés en los pasatiempos o las actividades.
Los síntomas ocasionales de depresión son habituales en las personas que enfrentan una enfermedad grave como el cáncer pediátrico. Sin embargo, en un trastorno depresivo, los síntomas son más graves, duran más tiempo y afectan la vida diaria. La depresión clínica es una enfermedad real, y los pacientes necesitan un tratamiento especializado, como la psicoterapia o los medicamentos antidepresivos.
A pesar del estrés que implica el cáncer pediátrico, la mayoría de los pacientes no presenta depresión clínica. Pero la asistencia de salud mental puede ayudar a que todos los pacientes y las familias sobrelleven las emociones y los pensamientos negativos. Los profesionales de salud mental pueden ayudar a las familias a comprender los síntomas de la depresión, a saber cuándo indican que hay un trastorno más grave y a encontrar recursos para satisfacer las necesidades de los pacientes y las familias.
Los pensamientos o sentimientos ocasionales de tristeza o desánimo son normales mientras se atraviesa el cáncer. Sin embargo, algunos pacientes pueden presentar síntomas más graves y duraderos de depresión que afectan su forma de sentir, pensar y actuar. Los síntomas pueden variar, especialmente en los niños y adolescentes. En un trastorno depresivo, los síntomas son persistentes y provocan angustia o problemas en la vida diaria.
Algunos signos y síntomas de la depresión en niños y adolescentes incluyen los siguientes:
La depresión puede verse distinta en los niños y adolescentes, en comparación con los adultos. Por ejemplo, los niños y adolescentes pueden mostrarse más irritables, enojados, ansiosos o desafiantes. También pueden expresar más quejas físicas o tener comportamientos riesgosos.
Los síntomas de la depresión pueden presentarse en cualquier estadio del recorrido del cáncer. A veces, la depresión puede confundirse con síntomas que ocurren como consecuencia física de la enfermedad o como un efecto secundario de los tratamientos o medicamentos para el cáncer. Es importante tener un diagnóstico preciso para determinar el mejor enfoque para el tratamiento. Si un paciente presenta síntomas de depresión, se puede derivar a las familias a un especialista de salud mental para una posterior evaluación. Los psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, consejeros y otros proveedores de salud mental están especialmente capacitados para diagnosticar y tratar trastornos del estado de ánimo y otras inquietudes de salud mental.
Una enfermedad grave, como el cáncer, es un factor de riesgo para la depresión. Esto significa que los pacientes con cáncer pediátrico corren un riesgo mayor de sufrir depresión en comparación con sus pares sanos. Enfrentar uno o más factores de riesgo no significa que la persona sufrirá depresión. Sin embargo, reconocer los factores de riesgo puede ayudar a las familias a estar más atentas y tomar medidas para apoyar la salud mental.
Los factores de riesgo que pueden contribuir a la depresión en niños y adolescentes incluyen los siguientes:
Durante el recorrido del cáncer, distintos factores pueden afectar la salud mental. Los tratamientos y procedimientos, el dolor, los efectos secundarios, los medicamentos, los cambios hormonales, la nutrición deficiente, los problemas para dormir y las interrupciones de la vida pueden hacer que sea difícil sobrellevar las emociones. Es posible que los pacientes también tengan dificultades para aceptar la “nueva normalidad” al lidiar con cuestiones a largo plazo, como las limitaciones físicas, la imagen corporal, la identidad, la capacidad de funcionar en la escuela o el trabajo, la fertilidad, las relaciones, la independencia y la supervivencia. En algunos pacientes, estos factores pueden contribuir a la depresión.
Los profesionales de la salud mental usan lineamientos específicos para evaluar y diagnosticar los problemas de salud mental. Durante el cáncer, el diagnóstico puede ser aún más complejo debido a los efectos de la enfermedad y los tratamientos. Algunos de los trastornos más frecuentes en relación con la depresión infantil incluyen los siguientes:
Controlar los síntomas de la depresión es importante, independientemente de si el paciente tiene un diagnóstico de trastorno de depresión o no. Los síntomas de la depresión pueden hacer lo siguiente:
El trastorno depresivo también puede producirse junto con otros problemas de salud mental habituales, como los trastornos de ansiedad, los trastornos por consumo de sustancias y el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
A menudo, la psicoterapia y los medicamentos antidepresivos son los primeros tratamientos para un trastorno depresivo. Cada persona tiene una respuesta distinta a la terapia con antidepresivos, y puede que lleve un tiempo para que la depresión mejore.
Durante el cáncer, la atención de salud mental puede ser aún más compleja en el contexto de los muchos factores de estrés y desafíos que enfrentan los pacientes y las familias. Es importante contar con un equipo de atención multidisciplinario para asegurarse de que los pacientes reciban el tratamiento adecuado para la depresión en el contexto de la atención oncológica y otras necesidades médicas.
Los proveedores que ofrecen servicios de salud mental para la depresión incluyen los siguientes:
La psicoterapia, o “terapia del habla”, es uno de los principales tratamientos para la depresión. Uno de los tipos de psicoterapia más efectivos para la depresión es la terapia cognitivo-conductual (Cognitive Behavioral Therapy, CBT). La terapia cognitivo-conductual (Cognitive Behavioral Therapy, CBT) ayuda a los pacientes a identificar pensamientos y comportamientos negativos, y a reaccionar ante las situaciones de manera más útil. Además, la psicoterapia puede centrarse en desarrollar habilidades para resolver problemas, mejorar las relaciones o manejar el estrés. Algunas estrategias de afrontamiento específicas, como las técnicas de relajación o "mindfulness", la arteterapia, la musicoterapia y la terapia de juegos pueden ser útiles para niños y adolescentes que sufren depresión. La psicoterapia puede llevarse a cabo en distintos entornos, incluidas la terapia individual, grupal o familiar.
Un médico puede recetar un medicamento para la depresión. Los antidepresivos funcionan en el tiempo para tratar un trastorno depresivo. Estos medicamentos actúan sobre los neurotransmisores que se considera que están involucrados en la depresión. Algunos pacientes pueden necesitar una combinación de medicamentos para obtener un beneficio completo.
Algunos medicamentos utilizados para tratar la depresión en niños y adolescentes incluyen los siguientes:
Los pacientes que toman medicamentos antidepresivos deben asistir a consultas regulares con el médico para asegurarse de que los medicamentos estén funcionando de manera apropiada y para monitorear cualquier efecto secundario. En casos poco frecuentes, algunos medicamentos pueden desencadenar un comportamiento agresivo o pueden aumentar el riesgo de suicidio.
Es importante seguir cuidadosamente las instrucciones de dosificación. Los pacientes no deberían tomar más de lo que les recetaron y no deberían dejar de tomar la medicina sin supervisión médica. Asegúrese de informarle al médico si su depresión no mejora.
Preguntas para hacerle a su médico cuando le recetan un medicamento antidepresivo:
Algunos tipos de cáncer y tratamientos específicos pueden cambiar el modo en que el cuerpo responde a los medicamentos. Es posible que esto requiera usar solo ciertos medicamentos antidepresivos o incluso usar medicamentos para la depresión que se recetan con menos frecuencia. Asegúrese de mantener al tanto a todo su equipo de atención sobre cualquier cambio en su plan de tratamiento o los medicamentos. Además, no dude en preguntar por qué se elige un medicamento en particular si tiene alguna pregunta o inquietud.
Los medicamentos que se usan para tratar la depresión pueden ser peligrosos si se los toma con más frecuencia o en cantidades mayores que las recetadas, o si se dejan de tomar abruptamente. Pregúntele a su médico antes de cambiar la dosis. Además, asegúrese de almacenar los medicamentos en un lugar seguro y mantenerlos fuera del alcance de los niños.
Se debe controlar a los niños y adolescentes con depresión en cuanto al riesgo de que cometan suicidio y el empeoramiento de los síntomas. A menudo, los pacientes necesitan una terapia continua para evitar una recaída en la depresión.
La tasa de depresión en sobrevivientes del cáncer infantil es cerca del doble de la tasa de la población general. Los motivos del riesgo mayor no se conocen por completo. Sin embargo, muchos sobrevivientes enfrentan desafíos durante toda la vida, tales como los siguientes:
Es importante contar con un plan de atención del sobreviviente integral que incluya el apoyo y seguimiento de la salud mental para lograr el bienestar y la calidad de vida a largo plazo después del cáncer.
Los sobrevivientes del cáncer infantil pueden tomar medidas para promover la salud mental:
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Together no avala ningún producto de marca mencionado en este artículo.
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Revisado: Febrero de 2023