Como cualquier tratamiento contra el cáncer, la radioterapia puede causar efectos secundarios. Los cambios en la piel, como enrojecimiento, descamación y comezón, son algunos de los más comunes.
Los cambios en la piel durante la radioterapia suelen ocurrir gradualmente. Durante la segunda o tercera semana de tratamiento, puede producirse sequedad, manchas, comezón o enrojecimiento. Se puede producir la pérdida del cabello en el área de tratamiento, y la piel puede estar sensible o dolorida. Estos cambios son normales. La piel debería sanar rápidamente al terminar el tratamiento.
Es importante cuidar bien la piel durante la radioterapia. La piel tratada se puede lesionar fácilmente y necesita protección. Comuníquele al equipo de atención sobre los cambios que se produzcan en la piel.
Mantener la piel limpia es particularmente importante durante la radioterapia, pero se necesita cuidado para evitar la irritación de la piel.
Si la piel se reseca o tiene comezón, el médico o el enfermero pueden indicar un humectante especial para cuidar la piel.
La ropa puede causar irritación de la piel durante la radioterapia.
La piel está más sensible al sol durante y después de la radioterapia.
El cuidado de la piel debe continuar incluso después del tratamiento final de radioterapia.
Analice las preguntas o las preocupaciones que tenga sobre el cuidado de la piel durante la radioterapia con el equipo de atención oncológica. Busque cambios en la piel, en especial signos de infección. Comunique al equipo de atención si se produce un aumento del dolor o la hinchazón, fiebre, ampollas o nuevas úlceras.
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Revisado: Junio de 2018