Una herida es una lesión física que altera la estructura del cuerpo. Puede estar ubicada en la superficie de la piel, debajo de la piel, o en ambos lados. En los niños que reciben tratamiento para el cáncer, las heridas pueden ser causadas por lo siguiente:
Es importante controlar la piel regularmente para detectar heridas. Un cuidado adecuado de las heridas protege al cuerpo de infecciones y puede acelerar el proceso de curación. Los signos de que se pueden estar desarrollando heridas o grietas en la piel incluyen los siguientes:
Por regla general, observe los cambios en la piel. El equipo de atención médica puede ayudar, pero los niños y los padres saben cómo se ve la piel normalmente.
Llame a un proveedor si ocurre cualquiera de los siguientes hechos:
No todos los signos de que se están desarrollando heridas son visibles a simple vista. Otros signos que pueden indicar el comienzo de una herida o abertura en la piel incluyen los siguientes:
Algunas heridas pueden demorar días en desarrollarse. Asegúrese de informar toda sensibilidad, dolor nuevo o molestia.
La mayoría de las heridas cicatrizan con el tiempo y el cuidado adecuado. Sin embargo, todas las heridas son diferentes. El cuidado de las heridas varía de un paciente a otro, y con el paso del tiempo. Cuide cada herida según las indicaciones del equipo médico.
A veces, se les pide ayuda a los cuidadores con los cambios de apósitos. Es necesario tener en cuenta los siguientes consejos fundamentales de cuidado:
Entre las cosas que se deben evitar hacer se encuentran rascar la herida, colocar cinta adhesiva sobre la herida y colocar talco para bebés o almidón de maíz, ya que alimentan a las bacterias.
Asegúrese de controlar con el equipo médico todo remedio casero o suplemento ya que pueden aumentar la probabilidad de infección.
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Revisado: Junio de 2018