Vacunas y Trastornos Hemorrágicos

Las vacunas pueden prevenir enfermedades graves, como la poliomielitis, la tos ferina, la COVID-19 y el tétanos. Su hijo(a) necesita vacunas incluso si tiene un trastorno hemorrágico. 

El equipo de atención médica puede administrar las vacunas de una manera determinada para evitar que su hijo(a) sangre demasiado. A la mayoría de los niños con trastornos hemorrágicos se les puede administrar todo tipo de vacunas.

Vacunarse cuando se padece un trastorno hemorrágico

Los niños con trastornos hemorrágicos deben vacunarse de la siguiente forma:

• Solo 2 al mismo tiempo, 1 en cada muslo. 
• Si es posible, debe ser en la parte superior del muslo.
• No más de 2 vacunas durante cualquier cita con el médico.
• Se debe usar la aguja más pequeña (calibre 23 o tamaño pequeño).
• Algunas vacunas se pueden administrar de forma subcutánea. Sin embargo, la mayoría se deben administrar de forma intramuscular.
• Si su hijo(a) recibe un tratamiento profiláctico para la hemofilia, se debe vacunar un día después del tratamiento. Esto disminuye el riesgo de hinchazón. 

Después de que su hijo(a) se vacune

• Mantenga la presión en el lugar durante, al menos, 2 minutos sin frotar.
• Aplique una compresa de hielo durante entre 5 y 10 minutos. 
• Evite administrar aspirina e ibuprofeno para aliviar el dolor o la fiebre de su hijo(a). En su lugar, use acetaminofeno. 
• Observe si hay hinchazón alrededor del lugar de la inyección. Es posible que se necesite un tratamiento. Además, es posible que el lugar de la inyección se enrojezca ligeramente y se hinche. Sostenga una compresa de hielo en el área. A continuación, marque con un rotulador la zona de la protuberancia y vigílela durante 24 horas. Si aumenta su tamaño, el enrojecimiento o la temperatura, llame al equipo de atención médica de su hijo(a).

Si tiene preguntas sobre las vacunas de su hijo(a) que padece un trastorno hemorrágico, comuníquese con su equipo de atención médica.