Las vacunas ayudan a proteger contra las enfermedades. Asegúrese de que su hijo(a) reciba las vacunas recomendadas por su equipo de atención médica.
Una vacuna ayuda al sistema inmunitario a defenderse de los gérmenes y las enfermedades. Una vacuna puede evitar que su hijo(a) se enferme. O su hijo(a) podría tener una infección más leve de la que habría tenido sin la vacuna.
Algunas vacunas pueden requerir 1 o más dosis para una protección de por vida. Otras vacunas, como la antigripal, pueden ser necesarias más a menudo.
Las vacunas de rutina son las recomendadas para todo el mundo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sigla en inglés) elaboran una lista de vacunas recomendadas por edad para las personas en Estados Unidos. Esto se conoce como calendario de vacunación o inmunización.
Si su hijo(a) tiene el sistema inmune debilitado debido a un cáncer u otra enfermedad grave, es posible que el equipo de atención médica le recomiende cambios en el calendario de vacunación. Por ejemplo, los pacientes con cáncer pueden tener que retrasar ciertas vacunas durante el tratamiento debido a los efectos del cáncer o la quimioterapia. Hable con su equipo de atención médica sobre las recomendaciones de vacunación para su hijo(a), así como para los cuidadores de la familia y los miembros del hogar.
Las vacunas enseñan al cuerpo a defenderse cuando determinados gérmenes lo invaden. Una vacuna provoca una respuesta inmunitaria frente a un determinado germen. Si el cuerpo se encuentra con ese germen en el futuro, el sistema inmunitario podrá reconocerlo y combatirlo mejor.
Las vacunas son muy seguras y eficaces para la mayoría de las personas. Los efectos secundarios más frecuentes son fiebre baja, fatiga, dolor o hinchazón en el lugar de la inyección y dolor de cabeza o corporal. Suelen ser leves y desaparecen a los pocos días. Los efectos secundarios suelen ser una señal de que el sistema inmunitario se está defendiendo contra la enfermedad.
Algunos niños con cáncer u otras afecciones médicas están inmunodeficientes (tienen un sistema inmunitario débil). Tratamientos como la quimioterapia, la inmunoterapia, la radioterapia, el trasplante de células madre y algunos medicamentos pueden debilitar el sistema inmunitario. Una vacuna debe provocar una buena respuesta inmunitaria para ser más eficaz. Las vacunas pueden no funcionar bien en personas con un sistema inmunitario débil. Esto se debe a que el sistema inmunitario débil puede no ser capaz de responder por completo a la vacuna.
Una vacuna puede proporcionar cierta protección contra enfermedades graves, incluso en personas inmunodeficientes. Por lo general, los niños con sistemas inmunitarios débiles pueden recibir todas las vacunas de rutina, excepto las vacunas atenuadasy de virus vivos.
Algunos tipos de vacunas contienen virus vivos debilitados. Estas vacunas pueden causar enfermedades en pacientes con sistemas inmunitarios muy débiles. Los pacientes no deben recibir estas vacunas mientras sus sistemas inmunitarios estén débiles.
Otros tipos de vacunas pueden contener solo partes de gérmenes que ya están muertos. Se trata de otros tipos de vacunas. No causan enfermedad porque los gérmenes ya están muertos.
Algunas vacunas rutinarias están fabricadas a partir de virus vivos. Entre las vacunas con virus vivos que normalmente no deben administrarse a niños con sistemas inmunitarios débiles, se incluyen las siguientes:
Los niños con sistemas inmunitarios débiles también deben evitar a cualquier persona que haya tenido lo siguiente:
La vacuna antigripal estándar se fabrica con virus de la gripe muertos. Es segura para las personas con sistemas inmunitarios débiles. Los CDC recomiendan una vacuna antigripal cada año para todas las personas a partir de los 6 meses. El virus de la gripe puede cambiar con el tiempo, por lo que la vacuna antigripal es ligeramente diferente cada año. La respuesta inmunitaria del cuerpo a la gripe disminuye con el tiempo, por lo que las personas necesitan otra vacuna antigripal.
La vacuna contra la COVID-19 se fabrica con partes muertas de un virus. No es una vacuna viva, por lo que es una forma segura y eficaz de prevenir la COVID-19. Si su hijo(a) no está al día en la vacunación contra la COVID-19, pregunte a su equipo de atención médica sobre la vacuna. Las vacunas contra la COVID-19 están aprobadas o autorizadas para niños a partir de los 6 meses.
Hable siempre con su proveedor de atención médica si tiene preguntas sobre qué tipo de vacunas puede recibir su hijo(a).
El equipo de atención médica de su hijo(a) le hará saber cuándo vacunar a su hijo(a) y qué vacunas necesita. Esto dependerá de los tratamientos de su hijo(a) y de sus necesidades médicas.
Después de la quimioterapia: En general, su hijo(a) puede reanudar las vacunas al menos 3 meses después de finalizar la quimioterapia. Se puede seguir un calendario de vacunación para ponerse al día. El calendario para ponerse al día es para los niños cuyas vacunas se han retrasado. Aunque su hijo(a) haya recibido algunas vacunas de rutina durante la quimioterapia, en general debe seguir un calendario para ponerse al día como si no se hubieran administrado las vacunas. Esto se debe a que no se sabe si las vacunas fueron totalmente eficaces.
Después de la terapia con anticuerpos contra linfocitos B: Los pacientes que fueron tratados con anticuerpos contra linfocitos B deben esperar al menos 6 meses antes de volver a vacunarse.
Después del trasplante de células madre (médula ósea): Los pacientes que se sometieron a trasplantes deberían esperar más tiempo. Los trasplantes anulan las defensas inmunitarias que una persona tenía antes del tratamiento. Si su hijo(a) ha recibido un trasplante, tendrá que recibir nuevas vacunas. Su equipo de atención médica le dirá cuando su hijo(a) esté listo para empezar a vacunarse después del trasplante.
Si su hijo(a) tiene un sistema inmunitario débil, puede tener más problemas para combatir los gérmenes. Puede tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por enfermedades como la gripe y la COVID-19. Es posible que no pueda recibir determinadas vacunas o que las vacunas no funcionen tan bien.
Es importante que los miembros de la familia y las personas en estrecho contacto con su hijo(a) se vacunen contra la gripe. La vacunación de la familia y los cuidadores ayuda a crear un círculo de protección a su alrededor. Así disminuyen las probabilidades de que su hijo(a) se exponga a una enfermedad que una vacuna puede detener.
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Revisado: julio de 2024
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