En raras ocasiones, algunos tratamientos para el cáncer infantil pueden dañar el hígado.
El hígado es un órgano de forma triangular ubicado debajo de la caja torácica del lado derecho del cuerpo. Ayuda a eliminar los desechos de la sangre, fabrica la bilis para ayudar a digerir los alimentos, produce proteínas para la coagulación de la sangre y almacena energía para alimentar el cuerpo.
Pregúntele a su oncólogo sobre los riesgos de padecer efectos tardíos.
Informe a su proveedor de atención médica primaria sobre sus riesgos. Comparta una copia de su plan de atención del sobreviviente, que incluye un resumen del tratamiento.
Hágase un examen físico anual. Es posible que su proveedor verifique si hay agrandamiento del hígado y pida estudios para monitorear la salud del hígado. Si se detectan problemas, el proveedor puede derivarlo a un especialista del hígado para que lo evalúe y le haga pruebas adicionales.
Cuando comiencen con la atención de seguimiento a largo plazo en su centro oncológico pediátrico, es posible que se les hagan pruebas a los sobrevivientes para determinar el funcionamiento del hígado.
Los análisis de sangre para monitorear el hígado incluyen los siguientes:
Los sobrevivientes pueden tomar medidas para mantener sus hígados sanos:
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Revisado: Junio de 2018