El baile de graduación es un evento muy importante.
Se acerca el fin del año escolar. La graduación de la escuela secundaria se aproxima. La universidad y las carreras están a la vuelta de la esquina. Para muchos, es momento de ponerse un esmoquin o un vestido de gala. Puede que sea la última vez que todos tus amigos estén festejando juntos en el mismo lugar.
Para los pacientes adolescentes con cáncer, la perspectiva de ir al baile graduación puede parecer desalentadora. Quizás no te sientas seguro sobre si debes ir o no. Tal vez el vestido que elegiste muestra parte de la vía central. O quizás te cansas con más facilidad que tus amigos.
No estás solo/a. Muchos pacientes han considerado si ir o no a la fiesta de graduación.. En última instancia, se recomienda ir si puedes hacerlo en términos médicos y si es algo que quieres hacer.
Si estás pensando en no ir porque tienes miedo de sentirte incómodo/a, considera asistir.
El baile de graduación puede ser lo que tú quieras que sea. No es necesario que te vistas súper elegante si esto te incomoda. No es obligatorio ir con una cita. Puedes ir con un grupo de amigos. Disfruta el baile de graduación a tu manera.
Al comienzo Chandler no estaba seguro de si debía ir a su baile de graduación del último año, pero le alegra haberlo hecho.
Chandler, que ahora está en la universidad, fue diagnosticado con un tumor cerebral denominado meduloblastoma al final de su primer año de escuela secundaria. Se sometió a una cirugía cerebral dos veces, a 30 ciclos de radiación y a siete ciclos de quimioterapia.
Se perdió gran parte de su segundo año. Su familia se mudó unos meses antes del final de su tratamiento, justo antes de tercer año.
Ese año fue duro. Estaba comenzando en una nueva escuela. Había pasado todo un año recibiendo un tratamiento contra el cáncer. Se enfocó principalmente en mejorar y ponerse al día con la escuela. “No tenía pelo y era distinto. No conocía a nadie”, dijo Chandler.
Pero las cosas comenzaron a mejorar para él en el último año. Se sintió mejor. Volvió a crecerle el cabello. Quería hacer amigos. Lento pero seguro, esto comenzó a suceder.
Aun así, el baile de graduación lo ponía un poco nervioso. Pero una amiga suya lo invitó a ir. Fueron con un grupo de amigos.
“Fue un poco extraño, porque había pasado mucho tiempo sin relacionarme demasiado con otras personas”, dijo Chandler. “Vi el baile de graduación como el empujón inicial hacia mi vida social. Me había olvidado un poco de cómo relacionarme con los chicos de mi edad. Había pasado demasiado tiempo lidiando con cosas que la mayoría de los adolescentes nunca tendrán que enfrentar”.
Al mirar hacia atrás, fue una linda experiencia. Pero ir al baile de graduación es una decisión personal.
“Si en verdad no quieres ir al baile de graduación porque no tienes ganas, no debes hacerlo”, dijo Chandler. “Pero si no quieres ir porque piensas que puede ser incómodo, debes hacerlo. Se trata de ti. Y de nadie más”.
Mandy se perdió su primer año de la escuela secundaria porque estaba recibiendo un tratamiento contra la leucemia.
Cuando fue momento de comenzar el segundo año, Mandy no quiso volver a la escuela.
“Mi mamá me obligó a volver para el segundo año”, dijo Mandy. “Me alegra que lo haya hecho. Después de adaptarme, fue bastante bueno. Al principio, fue un poco duro. No salía a los pasillos cuando había otras personas por los gérmenes. Me iba unos minutos antes. El primer mes, comía el almuerzo en la oficina del consejero porque no quería ir al comedor”.
Todavía no le gustan los grupos grandes de gente, por lo que estaba nerviosa por ir al baile de graduación de tercer año. Pero decidió que iría. Su novio, Isaac, fue su cita.
La vida de Mandy durante el tratamiento contra el cáncer estaba protegida. No estaba acostumbrada a estar entre muchas personas. No le gustaban los grupos grandes de gente.
“Me preocupaba la gente. Todavía no me acostumbro a los grupos grandes de personas por los gérmenes”, dijo Mandy.
También fue a su baile de graduación del último año. Mandy dijo que se divirtió más la segunda vez porque ella y su novio Isaac fueron con un grupo grande de amigos.
“No soy la persona más sociable”, dijo Mandy. “Al principio, fue un poco incómodo. Pero estás ahí para divertirte. Te ayuda a superar la incomodidad. No soy buena para hacer amigos nuevos, porque soy tímida”.
Mandy dice que, durante el baile de graduación, hay que enfocarse en celebrar con los amigos. No te pierdas esa oportunidad porque te preocupa cómo te ves o porque te sientes incómodo”.
“A nadie le importa cómo te ves”, dice Mandy. “Todos están ahí para divertirse. El baile de graduación se trata de divertirte con tus amigos”.
Mallie Kate siempre supo que quería ir al baile de graduación.
Con frecuencia sufre de fatiga, pero nunca ha dejado que esto la afecte.
“No quería mirar hacia atrás y desear haber ido”, dice Mallie Kate. “Es una de las últimas oportunidades que tienes para celebrar con tus amigos. Es la última vez que estarán juntos antes de seguir sus caminos por separado”.
Si estás bien en términos médicos y quieres hacerlo, Mallie Kate anima a las personas a que vayan al baile de graduación. Incluso si perdiste el pelo. O si tienes cicatrices. O si aumentaste de peso por los corticoides.
“Pienso que incluso ese es otro motivo para ir”, dice Mallie Kate. “Has pasado por tanto para llegar hasta aquí. Debería ser una celebración de lo que has superado”.