La fatiga es un síntoma o efecto secundario común de la enfermedad y los tratamientos, pero existen estrategias que pueden ayudar a su hijo(a) a sentirse mejor y a tener más energía.
La fatiga es una sensación de cansancio, debilidad o agotamiento. Es posible que su hijo(a) tenga falta de energía o se sienta agotado, incluso después de haber dormido lo suficiente.
La fatiga es un efecto secundario frecuente de la enfermedad y los tratamientos contra el cáncer. En algunos pacientes, la fatiga continúa incluso después de que finaliza la enfermedad o el tratamiento.
La fatiga puede hacer que sea difícil para su hijo(a) realizar actividades cotidianas. También puede afectar su salud física y emocional y su calidad de vida. Si su hijo(a) presenta fatiga continua, hable con su equipo de atención médica. Pueden ayudarle a elaborar un plan para controlar la fatiga de su hijo(a).
La fatiga afecta a cada niño de manera diferente. Entre los signos y síntomas de la fatiga en niños, se incluye lo siguiente:
La fatiga en los niños puede tener diferentes causas. Entre ellas, se incluyen los siguientes:
Es posible que desee pedir ayuda a su equipo de atención médica para averiguar qué está causando la fatiga de su hijo(a).
El equipo de atención médica puede hacer preguntas sobre lo siguiente:
Es normal sentirse cansado durante una enfermedad o una hospitalización. Pero hay cosas que puede hacer para ayudar a su hijo(a) a sobrellevar la situación y tener tanta energía como sea posible.
Anote cuánta energía tiene en diferentes momentos del día. Tome nota de lo que hace que la fatiga mejore o empeore. Es posible que comience a notar un patrón en la fatiga de su hijo(a). También puede notar que algunas actividades le dan energía a su hijo(a).
Es normal que el apetito de su hijo(a) cambie durante la enfermedad o el tratamiento. Pero una buena nutrición le proporciona al cuerpo el combustible que necesita. Hacer comidas más pequeñas o refrigerios más a menudo durante el día puede ayudar a su hijo(a) a mantener la energía. Asegúrese de que su hijo(a) beba suficiente líquido para evitar la deshidratación. Un dietista puede ayudarlo a planificar comidas y refrigerios saludables para reducir la fatiga.
Planifique el día de su hijo(a) con antelación para poder organizar las actividades y los descansos. Fíjese en los días y las horas en los que su hijo(a) tiene más energía. Es posible que pueda ayudar a su hijo(a) a planificar actividades que requieran más energía o concentración durante esos momentos.
Si su hijo(a) tiene dificultades para realizar las actividades cotidianas, ayúdelo(a) a decidir cuáles son las más importantes y hágalas primero o cuando su hijo(a) tenga más energía. Si su hijo(a) es demasiado pequeño para decidir, usted elige. Asegúrese de que los planes y objetivos sean realistas. Esto ayudará a su hijo(a) a poder hacer las cosas que son más importantes para él.
Haga que su hijo(a) descanse antes de que se canse demasiado. Además, ayude a su hijo(a) a encontrar formas de ahorrar energía. Por ejemplo, puede hacer que su hijo(a) se siente durante las actividades o tareas cuando sea posible. Si es necesario, puede utilizar una silla de ruedas para viajes largos o actividades.
Busque formas de ayudar a su hijo(a) a distraerse de la fatiga sin agotar su energía. Esto podría incluir pasar tiempo con la familia o amigos, escuchar música, mirar películas, leer y jugar.
La exposición a la luz solar y a la luz brillante durante el día ayuda a establecer un buen ritmo de sueño/vigilia. Aumente la exposición de su hijo(a) a la luz natural, especialmente por la mañana. Limite la luz brillante por la noche. Si su hijo(a) no puede recibir suficiente luz natural, su equipo de atención médica puede recomendarle la terapia de luz. En la terapia de luz, los pacientes se exponen a una fuente de luz controlada durante un tiempo determinado.
Dormir mejor puede ayudar a su hijo(a) a sentirse menos cansado. A continuación, se detallan algunos consejos para dormir mejor:
Usted podría pensar que la actividad física hará que su hijo(a) se sienta más cansado(a), pero esto no es cierto.
El ejercicio puede ayudar a que su hijo(a) se sienta menos fatigado(a), mejore su fuerza y resistencia, reduzca el estrés y duerma mejor. Antes de comenzar la actividad física, hable con su equipo de atención médica acerca de qué tipo de actividad o cuánto ejercicio puede hacer su hijo(a).
Hable con su equipo de atención médica si su hijo(a) presenta fatiga continua o si los síntomas empeoran. La fatiga es un síntoma común de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y los problemas pulmonares. La fatiga también puede ser un síntoma de infección, desequilibrios hormonales o anemia (bajo recuento de glóbulos rojos).
Si la fatiga de su hijo(a) se debe a una afección médica, el tratamiento de la causa subyacente puede ayudar a aliviarla.
Hable siempre con su equipo de atención médica si tiene preguntas o inquietudes acerca de los síntomas y efectos secundarios.
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Revisado: septiembre de 2024
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